domingo, 5 de agosto de 2012

Un minuto de eterna historia


Es curioso, y por eso nos gusta curiosear, la cantidad y diversidad de homenajes y conmemoraciones que se realizan. Además de la curiosidad que estos actos encierran en su propia esencia tenemos el hecho de la curiosidad que despierta en nosotros, los meros espectadores, el o los motivos y causas que originan su realización. 

Siento llegar tarde, en el sentido literal de la palabra. Si se me permite, me excusaré anunciando que la información sobre este hecho no la recibí hasta el día 3 de agosto. ¿Que qué tiene que ver eso? Pues hombre, que el homenaje y simbolismo del que vamos a hablar tiene lugar, periódicamente, cada 1 de agosto. Me refiero a la congelación por un minuto de la ciudad polaca de Varsovia. 

En efecto, cada año, el  primer día de agosto representa un momento muy especial para la ciudadanía polaca. Un recuerdo oscuro pero a su vez cargado de emociones y orgullo. Florecido de una extrema sensibilidad. Tal llega a ser esta sensibilidad que el populacho se congela durante un minuto completo.

El motivo o causa de dicho homenaje es la conmemoración de “la rebelión de Varsovia”. Este hecho representó una de las primeras incursiones armadas en Europa contra el poder dominante del nazismo. Uno de los primeros alzamientos por parte del pueblo contra el “gigante”, por tal de recuperar la libertad que le había sido arrebatada.

Este hecho sucedió el primero de agosto de 1944, cuando la resistencia polaca nacida en  uno de los guetos de la ciudad  se alzó en armas contra verdugos.  El esfuerzo de dicho alzamiento requirió la vida de más de 200 civiles, y aunque el resultado no fue el de arrancar al enemigo ocupa de su país dejaron a la vista de todo el mundo la debilidad que el ejército nazi mostraba y arrastraba.

Aquellos civiles fueron asesinados y el ghetto en el que se originó el alzamiento se clausuró y quedó enmarcado como una ciudad fantasma. Pero lo que las fuerzas nazis no pudieron lapidar fue el recuerdo que unos compatriotas legaron, y que tan sólo, y por encima de todo, anhelaban regresar a su amada libertad.
Este recuerdo ha perdurado hasta nuestros días a través de muchos homenajes. Uno de ellos, por ejemplo, es la maravillosa película de Roman Polansky The pianist. Otro, y permítaseme decir más emotivo, lo encarnan los habitantes de una Varsovia que hoy respira libertad. A través de esa “congelación” en el tiempo toman el fusil de valentía de sus ancestros y lo cargan de orgullo y reconocimiento.
Viven congelados en un eterno minuto de historia.


Enésima evidencia antidemocrática

Desde hace un par de días conocemos la noticia de la destitución  de la periodista Ana Pastor que hasta ahora ocupaba el rol de presentadora en el programa de TVE Los Desayunos. Este hecho viene marcado por una larga serie de especulaciones, críticas y quejas por parte del Partido Popular hacia dicho programa en cuestión, incluyendo a su presentadora. 


 Antes de continuar avanzando en el flujo de toda la noticia en sí, es necesario introducirnos, brevemente, en el contexto y recordar que la periodista madrileña presentaba desde septiembre de 2009 el programa de Los Desayunos, y que previamente había trabajado para la misma cadena en el programa 59 Segundos. A partir de estos datos podemos continuar con nuestra noticia.

A Ana Pastor no se la quería más en Los Desayunos. Según RTVE, se le habría ofrecido cambiar de programa y pasar a presentar un semanal nocturno, pero la periodista ha desmiente esta última información alegando que no ha recibido ningún tipo de oferta por parte de la cadena pública estatal.
 
Al inicio de la noticia se aseguraba el hecho de  que el cese de la periodista viene marcado por muchas críticas por parte del PP. Efectivamente podemos comprobar cómo una noticia del 12 de agosto de 2011 en el periódico digital 20minutos corrobora este hecho presentando las críticas que el diputado popular Ramón Moreno presentó en su blog contra el programa en cuestión y la labor de su presentadora. Moreno dejó a entrever en su día que el programa escaseaba en materia de pluralismo. También cabe decir que la noticia se presentó de una forma bastante estridente  y sensacionalista asegurando que la formación popular dejaba a la vista su propósito de sustituir a la presentadora en caso de ganar las elecciones de noviembre.

Además de esto, la periodista y presentadora protagonizó un momento algo hostil con la  secretaria del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, en una entrevista que Pastor realizo a la política. Cospedal insinuaba la falta de objetividad y pluralismo, no sólo de su programa, sino de todo el ente público, inclusive la directiva de este. 

Son curiosas estas dos críticas por parte de dos de los miembros del Partido Popular y el momento en el que se producen. Ya sabemos que cada cambio electoral se produce una reestructuración del órgano de gobierno de RTVE. En principio y teoría este órgano gubernamental del ente público se realiza de una forma que garantiza el máximo nivel de pluralismo. El consejo se forma por doce cargos, entre los cuales se incluye el presidente. Estos doce miembros tienen que ser escogidos por una comisión parlamentaria en la que estén representadas todas las fuerzas políticas del congreso. Además, dos de estos doce miembros serán propuestos directamente por los dos sindicatos más significativos del país, es decir, UGT y comisiones (CCOO). A partir de este pasado mes de mayo, en pleno primer año de mandato popular, se redujo el nombre de miembros del consejo a nueve miembros. De esos tres puestos eliminados dos pertenecían a los sindicatos. Aquí podemos encontrar la primera medida falta de pluralismo y objetividad por parte del gobierno actual y en relación al ente público. 

De los nueve cargos que ocupan este órgano de gobierno del ente público, tenemos que cinco han sido escogidos a propuesta previa del PP, dos a través del PSOE, uno por CiU y otro por IU. Como vemos, el pluralismo y la imparcialidad no pueden estar presentes en un consejo administrativo en el que más de la mitad de sus miembros han sido propuestos por el mismo color político. 

Por último, el hecho que comentábamos al inicio de la noticia. El cese repentino de esta periodista. En una época en la que últimamente no se oían noticias sobre dicho programa y su presentadora y todo parecía seguir su curso rutinario, sin ningún tipo de anomalía, Pastor es destituida, evitando así cualquier tipo de relación con los incidentes de Moreno y Cospedal. En resumen: han intentado cubrirse las espaldas y les ha salido el tiro por la culata. La prensa rápidamente ha sabido encontrar la relación de este hecho con  la hostilidad y la parcialidad denunciadas por el PP el año pasado, en cuanto al programa Los Desayunos y su presentadora, Ana Pastor.

Llegados a este punto podríamos concluir con una pregunta para Cospedal, Moreno, el Partido Popular y la democracia española en general: ¿Lo que se denunció el año pasado, no se está ahora llevando a cabo?  En efecto. Se denunció la falta de pluralismo, la parcialidad y el excesivo subjetivismo que Los Desayunos, Pastor y toda TVE practicaban contra las fuerzas políticas opositoras. Pero y ahora, ¿no se está faltando realmente a la imparcialidad y la libertad de expresión? 

Se denunciaron cosas que no eran ciertas, ya que vi desfilar a muchos representantes de diferentes partidos por Los Desayunos y todos sufrieron ese estilo tan peculiar y necesario de Pastor de la misma forma, y en cambio ahora todo cuanto se denunció se aplica bajo los certámenes de “lo que es mejor para la democracia y para el ente público”. 

Con la destitución de Pastor no hacemos más que dar un paso atrás en la libertad de expresión y nos adentramos en la idea de un único color, por encima de los demás, sea cual sea la situación, sea cual sea la verdadera opinión, y sea cual sea la verdadera necesidad del pueblo.