viernes, 30 de agosto de 2013

Entre la necesidad y el beneficio


Si ayer comentaba que la historia sirve de ejemplo de cómo es un proceso independentista correcto y cómo es uno incorrecto, hoy la utilizo también como ejemplo de lo que han significado, significan y, si todo sigue igual, significarán las intervenciones militares en un conflicto determinado. Estados Unidos vuelve a situarse en primera línea del frente y amenaza a Siria con realizar una intervención después de que el ejército del dictador Al Assad utilizase armamento químico contra los civiles. 

Obama todavía estudia si debe intervenir o no (lavanguardia.com)
Está claro que los actos del dictador y su ejército no pueden quedar impunes. Deberían ser juzgados por la misma comunidad internacional que prohibe el uso de armas químicas en combate. Fue una barbarie alejada de cualquier posible objetivo militar, y por ello deberían ser procesados. A partir de este punto aparece Estados Unidos rellenando toda la costa siria con sus buques y portaaviones y defiende muy convencida que hay que realizar un ataque contra el ejército de Al Assad para castigar sus actos y evadir cualquier idea de impunidad. Rápidamente, el Reino Unido entra en escena por el efecto domino que siempre le ha caracterizado, cuando se trata de Estados Unidos. Las tensiones van en aumento y la encrucijada parece ser cada vez más obvia. 

Pero la intervención que plantea Estados Unidos sería completamente inútil. Como si se le pegase un tiro a un cuerpo muerto. Este "castigo" que Obama considera necesario para Al Assad no solucionaría el conflicto, en primer lugar. Podría, incluso, provocar una nueva reacción violenta entre las filas del ejército al-assadista contra la población y los rebeldes. Tampoco serviría para deponer a Al Assad del gobierno y el dictador continuaría campando a sus anchas a ojos de la comunidad internacional y de todo el mundo. 

Además, regresando al ejemplo histórico, Estados Unidos nunca actúa por caridad. Tarde o temprano acabe reclamando algo que, aunque no le pertenezca, se lo adjudica. Como ejemplos nos sirven la gran mayoría de los conflictos bélicos que tuvieron lugar durante la Guerra Fría: las Coreas, Afganistán, Vietnam, etc., y también de finales de siglo XX, como la guerra del golfo, las siempre crecientes tensiones contra Irán, la posterior guerra contra Irak, etc. Un sinfín de ejemplos que dejan claro el modus operandi de las barras y estrellas y, sobretodo, que en el momento en el que actúan es porque ven algún tipo de beneficio propio. 

Ya pusieron esta teoría en práctica durante las dos guerras mundiales, quedando después Francia, Reino Unido y la República Federal de Alemania a su merced durante el resto del siglo y hasta la fecha. Y muchos más países, como nos mostró José María Aznar en la guerra de Irak de 2003. De esa manera ha ido confeccionando Estados Unidos una tela de araña de aliados que no podían negarse a ayudarla en el logro de sus beneficios. El fantasma de la intervención militar en Siria es el último ejemplo que se une a esta larga lista. 

Está claro que la Guerra de Siria debería haber acabado hace tres años, cuando comenzó. Entonces, Estados Unidos se limitó a nutrir de armamento a los rebeldes, mientras que Rusia hacía lo mismo con el ejército de Al Assad. Pura Guerra Fría. Nada más. No se realizó ningún acto para tratar de frenar el conflicto mientras éste escalaba. La comunidad internacional giró la vista hacia otro lugar y tan sólo se limitó a enviar representantes que analizasen cosas insignificantes o imposibles de analizar. Después de tres años de guerra y un ataque (o al menos eso es lo que dicen los medios) con armas químicas, ha llegado el momento de intervenir y de solucionar lo que tiempo atarás podría haberse solucionado de otra manera. Seguro que han aparecido nuevos yacimientos de petróleo en Siria. 
La intervención en Siria no es completamente transparente (cuatro.com)

Desconozco la solución para un conflicto como éste. Está claro que la paz está ya muy alejada de Damasco, pero mi conclusión es que la intervención militar que planea Estados Unidos es pan para hoy y hambre para mañana. Un sin sentido que no solucionará nada y que nos hará retroceder a la época de los gángsters en la que cuando un mafioso de una banda mataba a uno de otra, al día siguiente le esperaba un cargador vaciado de Thopmson entre las paredes de su pecho. Si Estados Unidos decide intervenir finalmente, es porque ha perdido mucho en su fama de estratega militar o porque, sin duda alguna, ha encontrado algo de interés en Siria. Y, francamente, no creo que sean la paz, la justicia y el orden mundial.

jueves, 29 de agosto de 2013

Sobre la independencia

 Nunca antes había publicado en este blog nada relacionado con el tema de la indepndencia de Cataluña, pero dada la cercanía de una fecha tan relevante como es el día 11 de septiembre y de la ya famosa cadena humana, voy a aventurarme a hacerlo. No pretendo, mediante estas líneas, reabrir el debate de independencia sí/independencia no. Creo que todos hemos quedado lo suficiente satisfechos por los medios de comunicación en esa cuestión. Además es algo, hasta la fecha, invariable: existen catalanes que reclaman la independencia de España y catalanes que reclaman otras vías o que tan sólo quieren que todo quede igual. Así que considero estúpido volver a remover ese debate que, en mi opinión, está tan trillado.
Así sería la cadena humana del 11-s (324.cat)

Prefiero centrarme en cómo se está llevando este proceso hacia una posible futura independencia. El pasado año 2012, se realizó una de las marchas pacíficas más concurridas de la historia catalana, española, europea y, me atrevo a decir, mundial. En aquel punto, Artur Mas se adueñó de las riendas del sentimiento independentista y se aventuró rápidamente a unas elecciones que, por suerte, le frenaron los pies. En la diada de este año, la Assemblea Nacional Catalana ha preparado una cadena humana que recorrería todo el litoral de la geografía catalana, desde el primer pueblo del norte hasta el primero sureño. Es, sin lugar a duda, una movilización que cualquier gobierno, inclusive el del señor Rajoy,  debería atender y tener en cuenta. 

Lo que me preocupa de todo este asunto es de qué manera se está llevando a cabo el proceso y quién lo está llevando. Si bien me molesta que el Partido Popular niegue un derecho tan básico y tan fundamental para cualquier sociedad como es el de realizar un referéndum popular, también me incomoda que la figura de Mas vaya delante "tirando del carro". Esto es un hecho que ha decidido el por su cuenta, pero para ello ha contado con gran parte de la sociedad catalana, cosa que hace pensar que ha crecido el sentimiento independentista basado en el odio hacia España y los tejemanejes del líder de CiU. Un sentimiento independentista que se aleja radicalmente del que a principios de siglo XX liderasen ilustres figuras como Francesc Macià, Lluís Companys, Prat de la Riba, Josep Irla, Antoni Rovira i Virgili, etc..

La historia es un ejemplo claro de que cualquier proceso de independencia debe dirigirse por un verdadero líder, que sepa guiar a la masa hacia el objetivo en cuestión, sin alimentar sus emociones más oscuras y perversas, saciándose de paz, de respeto y de esfuerzo colectivo. Y eso, es todo lo contrario al ejemplo de Artur Mas, un líder, si es que se le puede llamar así, distante, ajeno al verdadero problema social, que únicamente ha basado su discurso en raquetear las pelotas que le venían desde Madrid y aprovechar una situación de resentimiento para alimentar el odio. Ahí quedan ejemplos como los de los personajes citados en el anterior párrafo. También otros internacionales, como Nelson Mandela, Gandhi, Patrice Lumumba, etc..
Mas no es el líder que Cataluña necesita (deia.com)

Procesos de independencia dirigidos con las bases de la paz, el respeto y el firme deseo de ser respetados. Puede que en Cataluña no halla violencia por la cuestión de la independencia, pero sí que la hay en los corazones. De eso es de lo que se ha encargado Artur Mas en su campaña política; de incentivar y radicalizar la adversidad hacia España, tal como Rajoy y muchos de sus ministros han hecho con sus declaraciones sobre el asunto. El verdadero sentimiento catalanista, el pacífico y respetuoso, ha ido quedando en segundo plano, mientras que este 'neo-catalanismo' impulsado por el presidente Mas desde hace apenas dos años, ha ido ganando terreno y abriéndose paso a expensas del populismo y la manipulación.

Es por eso que no tengo fe en el proceso de independencia que se está llevando a cabo. Porque actos como el de la cadena humana o la gran manifestación del pasado año, puros y limpios en un principio, quedan contaminados por unos malos líderes que tan sólo desean sacar algún tipo de provecho de ellos. Antes que la independencia, Cataluña necesita un líder. Un verdadero líder que la diferencie, políticamente hablando, de esa escuela española tan centralista, tan autoritaria y, en ocasiones, opresora. Y Artur Mas, pertenece a esa disciplina.

viernes, 9 de agosto de 2013

"En busca de la felicidad" de Gabriele Muccino

¿Qué o quién da la felicidad? Siempre se ha dicho que el secreto de la felicidad depende de cada cual, en función de el concepto que cada uno tenga de felicidad y las cosas que le hagan felices. Tiene parte de cierta esta afirmación. Y es que el ser humano, cómo individuo, otorga un valor a unas determinadas cosas que otro ser no. Pero aún así, creo que existe, como en todo, una base inmutable para cualquiera. 

Cartel de la película (filmaffinity.com)
Esta película de Muccino sigue la línea de 'Siete Almas', otra obra suya. Aunque únicamente lo hace en el aspecto de la profundidad de la historia. A partir de aquí los temas son diferentes. Si en 'Siete Almas' pudimos ver el amor al prójimo, en 'En busca de la felicidad' puede verse amor también, pero ante todo se observa lucha. No me refiero al significado bélico de la palabra sino a la lucha que al fin y al cabo cualquier ser humano arrastra consiga en el día a día de su vida. La superación, el hecho en sí de querer mejorar la situación en la que cada uno se halla.

El dolor y la preocupación como perseguidores constantes que intentan amargar un regalo que no pierde valor, como es la vida. Este es uno de los grandes matices visibles en esta película de Muccino. Además, como comentábamos antes, el amor tan intenso que un padre puede sentir hacia su hijo mezclado con esa situación de angustia y ahogo económicos, sirve de estructura básica para esta historia. 

Fotograma del film (Coveralia.com)
Gran importancia le da el director al hecho de transmitir que sí puede existir y existe una felicidad aún cuando no queda nada. Incluso cuando tienes que pasar una noche en los baños de un metro, como los protagonistas del film. Y es que, si la felicidad humana radica en las posesiones materiales y en el poder que puede aportarnos el dinero, considero que todavía no hemos descubierto el verdadero sentido de la felicidad. Nunca he estado de acuerdo con la afirmación 'el dinero no da la felicidad pero ayuda'. El dinero ni tan siquiera ayuda a alcanzar esa felicidad tan anhelada por todos. 

Con el dinero podemos subsistir y vivir despreocupados, por supuesto. Y seguramente el hecho de tener que estar menos pendiente de sí se puede o no hacer frente a los pagos, facilita la búsqueda de esa felicidad. Pero el dinero nunca llegará a ser ninguna especie de escalera o de pilares que nos ayuden a alzarnos hacia la felicidad. Para ser feliz se necesita un corazón de carne, no un músculo que late empapelado por papeles de colores y números diversos. Una vez, en un libro escribí: "Allí donde habiten nuestros sueños, residirán nuestra esperanza, nuestro poder y todo cuánto valemos". Si nuestros sueños se encuentran en el dinero, somos verdaderamente pobres. Muy pobres.






jueves, 8 de agosto de 2013

Entre castillos en el aire y pies sentados

Las fronteras. Esas cosas tan y tan abstractas por las que se ha derramado tanta sangre a cambio del poder, la riqueza y el control que su dominio otorga. Resulta complicado entender cómo estas líneas invisibles son capaces de afectar tanto en el desarrollo de la humanidad. A lo largo de los siglos han sido motivo de guerras, disputas, genocidios y, por lo general, una larga lista de actividades completamente 'antisociales'. Parece que hoy en día ya están establecidas y fijadas con sellos oficiales y candados inoxidables, pero no es cierto. Hoy sigue habiendo disputa por las fronteras, y siguen trazándose de un lado hacia otro, invisibles pero plausibles. 
El debate de Gibraltar 'continua abierto' (expansion.com)

La definición que da la Real Academia de la Lengua Española, entre otras opciones, es la de 'confín de un estado'. Es cierto que históricamente ese es el valor que se le ha dado a las fronteras; el de la separación y delimitación de territorios y estados. A través de estas líneas invisibles podía y puede encontrarse el indulto , el asilo y la protección , el infierno o el paraíso, etc. Una larga lista de diferencias separadas por algo invisible, irreal. 

Casos como el de Snowden y el mil veces reabierto debate sobre Gibraltar continúan mostrando el poder y el valor de los fronteras. Un poder que no viene de por sí, sino que procede de todo lo que las fronteras pueden proporcionar a quienes las poseen. Por eso la globalización no existe, realmente. Es un nombre, una marca. Pero en su sentido original nunca se ha llevado a la práctica. Porque las fronteras son intereses, y detrás de todo interés hay siempre un interesado.

Las fronteras de Siria parecen cerradas a la ayuda exterior (periodistadigital.com)
Si Siria hubiese tenido petróleo u otras riquezas interesantes para los países en cabeza, las fronteras del país sí hubiesen podido ser penetrables y accesibles. Pero como no hay nada, parece que toda la sangre que se derrame vaya a quedar entre esas líneas imaginarias que delimitan la geografía siria.  Este es uno de los casos en los que sí pueden respetarse las fronteras. En cambio, no todos corren esa misma suerte.

En cualquier caso las fronteras siguen atrincherando vidas como animales en un matadero, o siendocausantes de los estallidos de muchas guerras. Las líneas invisibles que pretenden dividir el mundo en pedacitos son una de las mayores falacias jamás inventadas. La realidad es que Gibraltar continua estando dentro del territorio ibérico; que Edward Snowden continua durmiendo bajo el mismo cielo que Obama; que en Siria continua la guerra.

viernes, 2 de agosto de 2013

'Soldado de Salamina', de David Trueba

Es un verdadero placer poder hablar esta semana, en la sección de cine, de una película que me ha tocado tanto cómo 'Soldados de Salamina'. Está basada en la novela de Javier Cercas y se ambienta, de manera paralela, en dos épocas: la actualidad y los últimos días de la Guerra Civil. 

Cartel de la película (cine-online.eu)
Son varios los puntos que toca, aunque yo prefiero quedarme con dos. Primero, el valor de recordar. Recordar nuestro pasado. De dónde procedemos. De quién descendemos y que hicieron nuestros ascendentes en sus vidas. Esto es, o debería ser, algo básico en cualquier persona. Todos tenemos un antes y tendremos un después. Con 'Soldados de Salamina', Cercas quiere hacernos ver esta importancia de saber y conocer la historia de nuestros padres, abuelos, y de todo el árbol genealógico que tengamos a nuestro alcance. Y no sólo por el hecho personal en sí, de querer saber más sobre la propia familia de uno mismo. Sino que por el hecho de viajar al pasado, de la mano de nuestros seres queridos e intentar vivir lo que ellos vivieron. Para poder caminar bien en el presente, debemos reconocer el camino que se anduvo antes de que llegásemos aquí, e incluso antes de que naciésemos.

En segundo lugar, un tema del que me gusta mucho hablar y he hablado bastante en esta sección: la fraternidad y el amor. Ese espíritu cargado de amor para los unos con los otros. En 'Soldados de Salamina' vemos a una España rota en la que no hay bandos rivales, tan sólo víctimas. Inocentes víctimas del odio de este mundo que consume los corazones y pretende delimitar a los hombres entre los colores de una bandera, el encaje de un uniforme y el gatillo de un fusil. En esta historia, una vez más, podemos observar como todo eso es superado por el amor al prójimo, por la fraternidad. Podemos comprobar como los patriotismos, los nacionalismos y los ideales no son los que salvan las vidas, sino que son el amor y ese espíritu de fraternidad los únicos capaces de superar las trincheras de la guerra, de escudar los disparos de las balas y de frenar los dedos antes de que aprieten el gatillo. 

Fotograma del film (fotoloq.com)
Personalmente, quiero recordar y recuerdo cómo mis abuelos lucharon en la Guerra Civil. Y no me paro a pensar de qué lado estuvieron, aunque sé que lucharon en las columnas republicanas. Me paro a preguntar, puesto que no lo sé, de qué manera actuaron, qué sintieron, si verdaderamente mataron a otro hombre o si salvaron la vida de alguien. Todas estas cosas no las sé porque poco he conocido a mis abuelos y poco me han podido explicar. Pero estoy seguro de que en sus mentes siempre recordaron lo que sucedió y cómo respondieron. Y yo nunca lo olvidaré.

'Soldados de Salamina', un paseo por los recuerdos en busca del amor y la fraternidad.








jueves, 1 de agosto de 2013

Una página más para capitular

"El estado de derecho no se somete al chantaje". Esta ha sido, quizás, la segunda frase más utilizada por el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, después del ya famoso "fin de la cita", en su comparecencia ante el parlamento. Una comparecencia cuya tónica, desde el inicio, ha girado entorno a las mentiras de unos partidos contra otros y a una reclamación unánime de dimisión, a petición de los partidos opositores. 

Rajoy ha vuelto a dejar muchas incógnitas sobre el caso Bárcenas (cadenaser.com)

Pero en realidad, lo de hoy ha sido un claro ejercicio de la absoluta incompetencia de la clase política española. Uno a uno, nacionalistas, socialistas, conservadores, etc., los representantes de las diversas fuerzas políticas representadas en el parlamento han ido ocupando el atril principal, para abandonarlo después sin haber aportado ninguna solución eficaz. Todo se ha limitado a una chabacana y banal palabrería con el objetivo claro del 'tú más'. Fuera de ahí, no ha habido nada más. Ninguna propuesta que ayuda a mejorar la situación económica del estado. Ningún planteamiento que pretende impulsar una ley que fulmine por completo a la corrupción. Ningún recuerdo sobre las tantas familias que, quizás sin darse cuenta, dependen tanto de sus actos y su palabras. En general un ejemplo más de la insolvencia de España, mientras se continúe manteniendo este sistema de caciques y falsos demócratas escondidos tras una corbata a rayas y una americana a juego. 

El estado de derecho puede no someterse al chantaje, pero sí queda sometido a amenazas y riesgos como el cierre del CSIC, la fuga de cerebros, la huída, guión traslado, de imputados, etc. Las palabras de Rajoy se sumergen en el corazón del concepto de cinismo y, además, resultan completamente inútiles porque no solucionan ni sirven de nada, ni tampoco se corresponden con la realidad. El estado de derecho no existe. Es una falacia tan grande como la aplicación práctica de la declaración de los derechos humanos. Ni se ha cumplido, ni se cumple y, todo hace indicar, que no se cumplirán. 
Artur Mas culpa al tesorero de CDC (cuatro.com)

Además de la comparecencia de hoy, tenemos la de ayer del presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas. La cosa va de lo mismo. De presidente a presidente. De palabras que no dicen nada y que se clavan en mitad de la impotencia que podemos llegar a sentir. Y, todavía, el señor Mas contó con una oposición más blanda y suave, que la que se ha visto hoy. Pero que, en ambos casos, ha sido completamente inocua. Un fantasma ajeno a los hechos. 

Ya han pasado las dos grandes fechas esperadas por toda la esfera pública y los medios de comunicación. Mañana, vuelta a la rutina sin respuestas ni hechos, con la basura todavía en el contenedor. La impotencia, consecuencia de prácticas tan cínicas como las de ayer y hoy, está quemando fuera en la calle las esperanzas de muchos. Pero, insisto, mañana vuelta a la rutina. Comparecencias que servirán como una página más para capitular.