jueves, 21 de febrero de 2013

"Amor" de Michael Haneke

"Amor" es una de las películas que más me ha sorprendido. Ya conocía, aunque mínimiamente, a Haneke y podía imaginar que pie calza, pero lo que he encontrado en este film no lo he encontrado en ningún otro. 

En el aspecto técnico, presenta una gran "raccord". Unifica de una manera sorprendente los diversos planos y escenas que utiliza. Además, sigue creando esa intriga al final de cada escena que demanda la atención del espectador sin intermitencias. Es una película que requiere la concentración previa del público, si este quiere asimilar todo aquello que se le está mostrando y se le va a mostrar. Crea silencios, imágenes en las que no aparece ningún personaje ni se escucha nada, que expresan como cualquier otra voz a lo largo de la película. Aportan un sentido fundamental a la trama.

Aparte de los aspectos técnicos, el argumento de la historia que se nos muestra enlaza sentimientos y emociones completamente antagónicos de manera seguida. Podemos pasar del amor que puede verse entre un matrimonio, al calvario de ser testigo de una vejez moribunda. Es por ello que no se puede considerar una película "alegre" o "triste". Puede dejar un cierto regusto amargo al final, pero el repetitivo factor de la sorpresa anula la capacidad sentir ganas de reír o de llorar del púbico. La información que se da no puede ser procesada al instante. 

La historia de "Amor" nos induce a la reflexión de la eutanasia. No se refiere a la eutanasia por voluntad propia de la persona sobre la cual se ejecutará, sino que trata el tema des del punto de vista de aquellas personas responsables de la vida de la persona sobre la que se aplicará la decisión, que en la mayor parte de casos son los seres queridos y más próximos. 

Por eutanasia, según la Real Academia Española, entendemos la "acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él". 
En el artículo 15 de la Constitución española se contempla el derecho a la vida y la integrida física y moral aboliendo la torura. Aparte de esto, el Código Penal afirma lo siguiente en su artículo 143:

1. El que induzca al suicidio de otro será castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años.
2. Se impondrá la pena de prisión de dos a cinco años al que coopere con actos necesarios al suicidio de una persona.
3. Será castigado con la pena de prisión de seis a diez años si la cooperación llegara hasta el punto de ejecutar la muerte.
4. El que causare o cooperare activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro, por la petición expresa, seria e inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte, o que produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar, será castigado con la pena inferior en uno o dos grados a las señaladas en los números 2 y 3 de este artículo.

A modo de reflexión personal, soy contrario a la eutanasia. Es algo que creo, y quiero creer, que no haría para mí mismo ni para una persona a la que amase. Creo que el poder de otorgar o arrebatar una vida no depende de unas manos humanas. Ahora bien, no creo que deba perseguirse a aquellas personas que así lo deseen. Creo que debería haber una completa libertad para aplicar la eutanasia, en función de lo que cada uno sinitese y pensase. No seré yo quien le niegue a alguien esa libertad a alguien en su lecho de muerte. Pero tampoco seré yo el que cumpla su voluntad.

La eutanasia como se trata en la película de Haneke la considero errónea. Que otras personas decidan sobre la vida de una persona, por muy allegadas que sean, lo considero equívoco. El amor que sientan por esa persona no les atorga el derecho de apropiarse su vida y decidir por ella como si de su propia vida se tratase. Aunque también reconozco que existen casos extremos en los que he meditado y he llegado a la conlusión de que la libertad en base a lo que piense o sienta una persona respecto a su propia vida, o la de un ser querido indispuesto como en "Amor", es lo que debe primar. Indiferentemente de que otras personas opinen que están actuando de manera equivocada. Porqué, al fin y al cabo, tanto en este cómo en cualquier otro tema,  todo el mundo piensa que el mundo está equivocado en una o más cosas.

En cualquier caso, es una película que os invito a ver cuando tengáis oportunidad. Merece la pena. Creo que en el buen cine no se paga la hora y media que dure la película y las palomitas, sino que en la entrada debe incluirse la reflexión posterior que uno se lleva a casa.
 

La nueva sección

Esta nueva sección nace de la recomendación de una compañera de clase con la que he tenido la oportunidad de compartir muchas conversaciones sobre películas. Es algo muy bello poder compartir opiniones junto a otras personas cuando se hace con el ánimo de respetar y de beneficiar a la otra parte. 

Es por eso que quiero agradecer a Lluïsa Bertrán su gran idea de abrir esta sección para meditar sobre la larga lista de películas que he podido ver y aportar datos reales a sus tramas, argumentos e historias. Una reflexión, en la medida de su posibilidad,  debe estar siempre acompañada de evidencias que demuestren su veracidad.

Así pues, podremos contar con sus colaboraciones sobre las experiencias cinéfilas que ha podido disfrutar. Además, para todos aquellos y aquellas a los que os gusta la moda, os aconsejo firmemente que visitéis su blog de "clones".

En definitiva, queda inaugurada la nueva sección de La letra pequeña desde la cual podréis (y espero que podáis) indagar en las entrañas del séptimo arte.

El último discurso de Mariano Rajoy

El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, se ha pronunciado de nuevo ante el parlamento durante la sesión de debate sobre el estado de la nación, realizada ayer, miércoles 20 de Febrero, en el Congreso de los Diputados.

En su discurso, Rajoy ha tratado un amplio abanico de puntos, entre los cuales cabe destacar con más ímpetu el de la corrupción. El presidente ha afirmado que le "repugna que en España surjan casos de corrupción" pero al mismo tiempo ha abalado la actuación que están llevando a cabo las administraciones públicas para combatir este problema. 

También ha querido puntualizar las medidas que el gobierno ha tomado hasta la fecha, como la Ley de Transparencia, la Ley de Financiación de Partidos políticos, que establece límites para las donaciones a partidos, o la reforma del Código Penal, que según Rajoy, "incrementa la sanción a los gestores públicos y recupera la responsabilidad penal de los partidos".

Además de esto, Mariano Rajoy, ha propuesto nuevas medidas para abordar el tema de la corrupción ante el resto de parlamentarios. Las prpuestas del presidente del gobierno pueden fijarse en tres puntos básicos: una nueva aplicación de la Ley de Transparencia a los partidos políticos, a las organizaciones empresariales y sindicales y "a todas aquellas entidades que se financien a través de fondos públicos". También la creación de una nueva Ley Orgánica de control de la actividad económica y financiera de los partidos y que, por consecuencia, reforzará el papel del Tribunal de Cuentas y le atorgará más instrumentos para combatir el problema de la corrupción y ampliar su control sobre los partidos políticos. 

En estos tres párrafos puede resumirse el punto sobre la corrupción en el discurso de Raoy. A primera instancia parece que el Gobierno haya actuado firmemente contra la corrupción. También parece que no haya habido ningún escándalo de corrupción en el que se vea implicada su cúpula. Resulta todo bastante creíble. Pero si analizamos más a fondo la situación y nos detenemos en el verano del pasado año 2012 encontramos la famosa Ley de Amnistia Fiscal. Una ley por la cual los evasores de impuestos pueden, en caso de acogerse a ella,  declarar únicamente un 10% de sus ejercicios y quedar completamente "en paz" con la justicia. Tal cómo dice el diario El País, "según la nueva interpretación de la Dirección General de Tributos, en lugar de gravar todos los capitales aflorados, se conformará con que tribute al 10% la parte generada en los ejercicios no prescrito".

Si partimos de la base de esta ley, ¿que confianza podemos depositar en las leyes de Transaprencia, Financiación de Partidos políticos, o en el endurecimiento del Código Penal? Es como si nos cortásemos un brazo y luego dijésemos que tenemos tiritas.

No soy el primero en sospechar de la aparición de la Ley de Amnistia Fiscal. Esta ley ha traído y continua trayendo mucha política. Sus disposiciones son un claro indulto para los corruptos y los malversadores de fondos públicos o privados. En el análisis sobre el discurso de ayer del presidente Rajoy creo que se bería rememorar el día en que el ministro de Hcienda, Cristóbal Montoro, propuso esta ley, que en un gobierno mayoritaria no tardó en ser aprobada claro. 
 
A partir de este punto podremos escuchar con oídos diferentes las palabras del presidente sobre si las instituciones están luchando correctamente contra la corrupción, si le "repugna" que en España aparezcan casos de esta índole o si el gobierno ha impulsado una serie de leyes y acciones en su primer año de mandato para combatirla.


Creo que hacer públicas estas declaraciones con la ley de Amnistia Fiscal de marco de fondo y el caso Bárcenas de telón, sobrepasa los límites de la mentira habitual a la que nos hemos acostumbrado. Es un ataque directo a la salud pública del estado. Una cruel carcajada ante una ciudadanía que está padeciendo las disposiciones que se dictan desde las sillas del parlamento. Pero, como se ha hablado esta mañana en el programa "Hoy por hoy" de Cadena Ser, "este debate no nos dará de comer mañana". Supongo que mientras tanto deberemos seguir aguantando las peinetas de nuestros mandatarios, como la de Bárcenas en volver de sus vacaciones en Canadá.