viernes, 21 de marzo de 2014

"Hijos de un mismo dios", de Yurek Bogayevicz

Uno de los países en los que el nazismo encontró mayor resistencia fue Polonia. En abril de 1943 el gueto de Varsovia se convirtió en escenario de una de las principales revueltas de los partisanos judíos contra el III Reich. Pero las zonas más rurales del país también tomaron protagonismo en la resistencia contra el poder nacionalsocialista. Utilizando este ámbito silvestre y alejado de la gran ciudad, Bogayevicz explica una historia íntima, basada en las vivencias de una pequeña familia de granjeros que adoptan en secreto a un niño judío.

Cartel de la película (filmaffinity.com)
El director polaco utiliza la estructura de la familia como protagonista de la persecución y la opresión, pero además trata de enmarcar el intento de normalización de una vida ocupada por sombreros y botas militares. El gran peso de la trama recae en los niños. Inocentes observadores y siempre juguetones, encarnan una particular vivencia de la guerra y de la ocupación, pero sobretodo del conflicto de razas. 

En la conciencia infantil, lugar amurallado contra todo prejuicio racial y conflicto militar, también se exponen los elementos de la lucha entre el mundo y los judíos.  El niño judío representa a un pueblo históricamente expuesto a la obligación de cambiar y someterse, o a ser preseguido contínuamente. Dentro del resto de niños polacos encontramos los partidarios a la fuerza dominante y el pequeño remanente que persevera en una especie de justicia equitativa no escrita.
Fotograma del film (peliculas.film-cine.com)

Bogayevicz recurre al ejemplo cristiano, la vida Jesús con sus discípulos, para crear etiquetas dentro del grupo de niños. De esta manera puede observarse al traidor, al fiel amigo, al temperamental defensor y al eterno pacificador que se sacrifica hasta el fin por el bien común entre todos. 

Una historia que olvida el tradicional sentido de la ternura que caracteriza la infancia y la sumerge en un conflicto completamente irracional que acabó implicando a todos los sectores de muchas naciones y pueblos, desde abuelos hasta niños, sin conciencia ni sensibilidad algunas.