jueves, 30 de octubre de 2014

Breve análisis sobre el trato que da la prensa española a los casos de corrupción

Ahora que comenzamos a acostumbrarnos a que cada semana estalle un caso de corrupción, sea el ámbito que sea (estatal, regional o municipal), creo importante la necesidad de plantearse y cuestionar las informaciones que estamos recibiendo de ello, desde dónde nos llegan y porqué nos llegan en la forma que lo hacen.

Los medios han pérdido mucha capacidad crítica (vozpópuli.com)
En primer lugar, considero necesario recordar el amplio espectro que la derecha política tiene en el sistema mediático. Son la gran mayoría de los medios más reconocidos y leídos, los que pertenecen a posiciones conservadoras, neoliberales, monárquicas o derechas. O incluso pueden hacer 'alarde' de una ideología que hibride varias de estas posiciones políticas, económicas y sociales. Así pues, lo primero que es necesario saber, antes de enfrentarse a cualquier información, es que tenemos delante un sistema de medios de comunicación muy estigmatizado y parcial. Para buscar algún atisbo de periodismo digno en este país es necesario recurrir a pequeños medios digitales no convencionales que vienen pisando fuerte a causa de la denuncia social que ejercen. 

Pasemos ahora a hacer una radiografía de la situación. Cuando estalla un escándalo de corrupción los medios convencionales comienzan publicando una noticia inicial con las primeras informaciones de las que disponen, la cual luego irán ampliando hacia formatos más reportagísticos (siempre acompañados de fotografías) a medida que las fuentes vayan goteando la información. Con el caso 'Púnica' se comienza anunciando la detención del ex-número dos de Esperanza Aguirre y se prosigue publicando una pieza por cada detenido. Al final se reconstruye todo en un artículo más extenso. Con el caso de Aznar lo mismo. Se publica una primera noticia y después se busca ampliar la información de dos maneras: tirando del hilo y tratando de destapar más 'suciedad' o dedicándose a la 'declaración-contradeclaración'.

Las declaraciones han perdido su sentido informativo (elconfidencial.com)
Respecto a este hecho, los medios utilizarán una fórmula que les permita continuar informando de la evolución de los hechos, y al mismo tiempo comenzar a moldear la posición que creen que debería tomar la esfera pública. El problema reside en la publicación de ese sinfín de declaraciones absurdas y que vacilan. No son más que el material (defectuoso) con el que los medios llenan los huecos que la propia información deja. El problema es que se ha perdido la noción de relevenacia frente a una declaración. Se sigue dando voz a Esperanza Aguirre para que diga que está "alucinando en colores" por la detención de Granados. Se sigue dando voz, también, a Tomás Gómez para que explique que se siente "desolado" y "en shock" por la detención del alcalde de Parla. Y así sigue infinitamente, la lista de declaraciones que los medios publican como noticias, cuando realmente no aportan ninguna información.

De esta forma, los casos de corrupción se suceden unos a otros a una velocidad semanal ante la mirada perpleja de unos medios de comunicación que se ven superados e incapaces de reportar los hechos con más hechos y datos. Cada escándalo acaba convirtiéndose en algo parecido a un juego de niños, en el que el periodista le pone el micrófono en la boca al supuesto culpable no para rendir cuentas ante la ciudadanía, sino para explicar sus sentimientos. El periodismo riguroso sigue muriendo lenta y dolorosamente. Pero, claro está, al fin y al cabo los medios tan sólo se preocupan de sus audiencias y de darles lo que quieren. Si éstas no reclaman mayor calidad ante la 'información' que están recibiendo tengamos por seguro que los medios no van a plantearse ni a discutir el cambio de su modelo de funcionamiento.